Históricamente muchos animales se pueden cruzar en el camino del hombre con distintos finales: jabalíes hormigas, langostas, perros han hecho que cambie nuestra vida para bien o para mal. Mientras unos han significado que tengamos alimento y compañía, otros han causado pérdida de cosechas y propiedades. Muchos migran causando un cambio gigante.
Las invasiones de langostas, por ejemplo, que como en las plagas bíblicas arrasan con todo a su paso. O las hormigas como la marabunta, las bellas mariposas reina que llenan el cielo de color, y aves como la golondrina que vuelan al sur para pasar el invierno, e incluso salmones que remontan ríos para desovar en el mismo lugar donde nacieron.
Pero cuando esa migración de miles de individuos es una masa amarilla, emplumada e increíblemente suave, la situación ya no es terrible sino simpática y extremadamente tierna.
Esta marea de patitos es algo que parece sacado de una tierna historia infantil. Caminan con seguridad, como yendo a un lugar donde saben que tendrán cobijo o alimento, movidos quizás por un imperativo genético grabado a fuego para la supervivencia de la especie. Y aunque construyamos autopistas, carreteras o incluso muros, las migraciones no se detienen.
Eso es lo que podemos ver en el siguiente video, donde los humanos se paran a mirar maravillados el interminable río de patitos que pasa en caudal sin cesar por su camino.
Es realmente tierno e impactante, míralo a continuación: