El nuevo paciente es un niño de 9 años de Farmimngton, Nuevo México. El pequeño Fernando Hernández es la segunda persona en contraer el virus Hantavirus.
Según el Centro de Control y Prevención de Enfermedades, algunos de los síntomas en la etapa inicial de la enfermedad son: fiebre, fatiga, dolor muscular en muslos, cadera, espalda y hombros.
Además, también se presentan otros síntomas como dolor de cabeza, mareos, escalofríos, dolor abdominal, náusea, vómito o diarrea.
Por eso mismo, muchos la confunden con una gripe o influenza. Así le ocurrió al George Hernández, padre del niño, quien creyó que era algo normal y que se contagió una gripe en la escuela.
Por eso le insistió a su hijo que regresara a clases cuando se sintiera un poco mejor. “Le dije ‘vas a estar bien’. Pero fue a la escuela y volvió sintiéndose peor”.
Preocupado, George llevó a su hijo al hospital y le realizaron unos exámenes. Allí notaron que Fernando tenían unos puntos anormales en sus pulmones.
Fernando se fue a casa sin que los médicos le confirmaran un diagnóstico. Según su padre, le aseguraron que los pulmones de su hijo se limpiarían solos. Le dieron algunos medicamentos y tanques de oxígeno. La recomendación fue que descansara más para que pudiera recuperarse.
Sin embargo, su hijo empeoró. Le decía a George que no podía respirar bien. Fue llevado nuevamente al hospital donde su estado se complicó. El hospital decidió llevar en un vuelo de emergencia a Fernando hasta el Hospital Infantil de Colorado.
Al final, los médicos descubrieron que Fernando estaba infectado con el Hantavirus, un virus raro y que muy pocos saben de su diagnóstico.
El padre de Fernando cuenta que “Nunca había escuchado de este virus hasta que mi hijo se contagió. Todos necesitan saber de su existencia”.
El Hantavirus se contagia por el contacto con ratones infectados o por su orina. George cree que su hijo pudo haber adquirido el virus un día en que lo ayudó a limpiar.
“En Farmington hay muchas granjas y el virus está en la tierra por culpa de los roedores. Hace dos meses, le pedí a mi hijo que me ayudara a limpiar el patio”.
George se contactó a Julie Barron,quien vive en la misma zona. Su hija de 27 años, Kiley, también fue diagnosticada con los mismos sintomas.
“No podemos quedarnos sin hacer nada y ver que estas cosas pasen al olvido. Quiero que la gente sepa que este cirus existe. Hay que mantener la comunicación para que el resto de las personas tengan los debidos cuidados y no tengan que pasar por esto. Mi hijo pudo haber muerto”.
La familia creó un fondo para poder recibir donaciones para costear las cuentas de hospital y medicamentos de Fernando, quien lleva 21 días con apoyo vital.