Ganó el Oscar a la Mejor Película. Fue dirigida y escrita por Guillermo del Toro y, además de tener unos efectos especiales sorprendentes, también nos deja una tremenda enseñanza sobre lo que es el verdadero amor.
Se trata de amarse a uno mismo y amar a los demás. Esa experiencia única en el ser humano y la “Forma del Agua” te deja con esa sensación de tolerancia y respeto, de que no importa que tan “diferentes” podamos vernos, siempre encontraremos en nuestra vida alguna persona con las que podremos compartir nuestra excentricidad y, quizás, estar juntos para siempre.
Acá te dejamos las 5 lecciones de La forma del Agua acerca del amor
Encontrar el amor en el lugar menos pensado
La protagonista, Elisa Esposito, pudo encontrar a su alma gemela en el laboratorio de alta seguridad donde trabajaba. Así también podemos encontrar a alguien a quien amar en donde estemos. Lo que importa es poder ver más allá de las apariencias.
Tu aliado puede ser quien menos te imaginas
El doctor Robert Hoffstetler fue la pieza clave para que la criatura pudiera escapar del laboratorio.
Podemos encontrar a alguien igual a nosotros
Elisa y la criatura marina al final pertenecían a la misma especie de ahí que se entendieran tan bien. Los humanos somos de la misma especie pero cada uno tiene cualidades que nos distinguen del otro, pero también podemos encontrar a nuestros complementos.
Los sentimientos como forma de expresarse
Los protagonistas no podían hablar, pero percibían lo que sentían entre ellos. Bastaba una mirada, una caricia o un abrazo para poder expresar el amor que tenían.
Ser felices con los pequeños detalles de la vida
Elisa era feliz con su vida y con los pequeños detalles que la conformaban. Para algunos eran cosas insignificantes pero si ella era feliz, bastaba con eso. Elisa disfrutaba de su paz interior.