7 Cosas Que Me Ha Enseñado Mi Perro

Compartir tu mundo con un perro simplemente te la cambia la vida en muchos sentidos. No sólo es una gran responsabilidad, sino también una inagotable fuente de enseñanza y bienestar que te dará felicidad e innumerables beneficios. Cada día en la vida con un perro es una aventura, pero es reconfortante porque siempre estás acompañada.

A continuación te enumero algunas cosas que aprendí de mi perro y que jamás podré olvidar, porque me marcaron para siempre.

 

Mi perro me enseñó a amar incondicionalmente

Me educó en el valor del compromiso y la reciprocidad. Además, aprender sobre el amor incondicional y una lealtad a prueba de todo es conmovedor. Sentir que quieres a alguien siempre a tu lado porque tu vida con ellos es mejor, justo eso es lo que me pasa con mi perro.

 

A ser paciente y a perdonar

Cada día, mi perro me enseña a no enfadarme. La vida no es blanca ni negra, y mucho menos es color de rosa. Y eso mi perro lo sabe y puede perdonar cualquier fechoría o salida de tono y seguir adelante, porque valora mucho más el lazo que nos unirá por siempre.

 

A vivir cada momento con toda la intensidad posible

Mi perro ama pasear, jugar y disfrutar de la comida de forma tan intensa siempre que me parece admirable. Las goza como si fueran las últimas que tendrá. ÉL también tiene sus miedos y ansiedades, y quizás por eso intenta sacar el provecho máximo a cada segundo. Es un carpe diem perruno.

Además, siempre se reserva un rato para explorar y ejercitarse. Y le da lo mismo adónde vamos a pasear, pues él es feliz con acompañarme y disfrutar del acto. Nada me hace sonreír tanto como ver lo feliz que se pone cuando paseamos.

A adorar el caos

Tiene su propio desorden ordenado: en medio de un caos de juguetes repartidos por toda la casa, él sabe dónde está lo que busca y lo que quiere. Organizar y ordenar todo es perder el tiempo en disfrutar.

Mi perro es feliz con lo poco que tiene, pues sabe lo que tiene y lo disfruta al máximo. Cuando ordeno sus juguetes y los llevo a su cuna, siempre procura seguirme para tenerlo todo bajo control y saber dónde estará cada cosa. Ojalá pudiera abrazar el caos para no preocuparme por el orden mientras llevo una vida organizada.

 

A disfrutar de esos pequeños placeres

Oír su respiración sosegada durante la noche me produce una paz indescriptible. Se acuesta cerca mío y se siente seguro y amado, igual que yo a su lado. Es muy delicioso verlo disfrutar de la brisa del mar y el cantar de los pájaros.

 

A comunicarme con mi cuerpo

Quizás no entienda todas las palabras que digo, pero siempre entiende por mis gestos y la forma en la que pongo mi cuerpo hacia él. Siempre sabe cuál es mi estado emocional o si le quiero decir algo, y es porque ambos nos hemos vuelto muy habilidosos en comprender este lenguaje físico. Los animales son detectores de emociones y te pueden enseñar a serlo también.

Es bastante común que quienes compartan con animales hayan tenido la sensación de que entienden lo que les decimos. Y es cierto, pero no sé si porque entiendan claro lo que les decimos, o porque lo hemos aprendido a expresar con nuestro tono de voz y nuestros gestos de manera subconsciente. La calidad de los intercambios puede ser alucinante.

A sentirme única e irremplazable

Un perro te puede enseñar cientos de cosas, y te acompañará para toda la vida. Y, especialmente, un animal te enseñará a quererte y a aceptar el hecho de que eres una persona valiosa y que merece amor.

Mi perro me ha hecho una mejor persona, y me ha enseñado que puedo ser amada intensa e incondicionalmente. Y también me ha enseñado el valor de decir te quiero cada día. Y a decirlo sin palabras.