7 Años Tenía Cuando Murió, Pero Un Día Cuando Sus Padres Visitaron Su Tumba Vieron Que Faltaba Algo

Desafortunadamente, fue el año 2008, cuando Tom Rune y Lone Bertelsen experimentaron una de las peores experiencias que le puede pasar a una madre o padre, ya que su hijo Erik de 7 años murió ahogado en un accidente.

Ambos padres indicaron que Erik era un niño lleno de energía, pero desafortunadamente perdió la vida durante el verano del 2008.

 

El padre declaró ante el medio noruego TV2 que él y su esposa aún piensan en su hijo todos los días. Piensan en cómo se vería hoy si estuviera vivo y en cómo sería el día a día con él.

 

“Era un chico muy fuerte”, confiesa su padre.

El pequeño Erik adoraba los dragones y otros personajes de dibujos animados. Como una forma de honrar esto, sus padres pusieron una pequeña figura de dragón en su tumba, pues era uno de los juguetes favoritos de Erik y parecía un lindo gesto que lo acompañara en su descanso eterno.

 

Años después de su muerte, sus padres fueron a visitar la tumba como de costumbre y se dieron cuenta de que el juguete que habían dejado ya no estaba y decidieron pasar por alto el incidente y dejaron otro juguete para que acompañara a Erik.

 

Para esta ocasión, eligieronun objeto que también le gustaba mucho a Erik: una espada. Él tenía una que le compraron en uno de sus viajes a Legoland y era su favorita, así que sus padres tomaron la decisión de dejarla al lado de la tumba del pequeño.

 

Dado que ya habían tomado el objeto anterior, Tom se tomó su tiempo con la espada y se dijo que estaba lo suficientemente atornillada a la tumba para que nadie la pudiera tomar.

Parecía que la técnica de Tom había funcionado, pues la espada quedó ahí por mucho tiempo, pero en su última visita, la abuela de Erik llegó a la tumba y para su asombro,  la espada ya no estaba en su lugar.

Como era de esperarse, el padre estaba furioso, pues podía creer que alguien se hubiese esforzado tanto para sacar esa espada de Legoland de la tumba de su hijo. Él pensaba que un niño pequeño no podría haberla sacado por sí solo, así que debió haber sido un adulto.

 

La madre indignada por lo sucedido hizo un llamado a través de su cuenta de Facebook para que muchas personas lo vieran y corrieran la voz sobre lo que les había pasado. La gente a través de esta red social se sintió desconsolada por la familia y no podían creer que alguien hubiese sido capaz de hacer algo tan horrible.

Al compartir su historia, los padres esperan que no le suceda a ninguna otra familia, porque se debe ser muy egoísta para robarle a una tumba de un niño. Además de jugar con el dolor ajeno, ya que se trata de un objeto que tiene mucho valor sentimental para la familia y que perdieron para siempre.