Nada mejor que recuperar el conocimiento de nuestros ancestros para poder cuidar la tierra.
Por eso, afortunadamente podemos encontrar información en Internet sobre aquéllas prácticas que aplicaban nuestro abuelos a la hora de cuidar los jardines. Ellos seguían la intuición y aplicaban ciertos elementos que les permitieron poder cultivar desde flores hasta hortalizas.
Todo ese conocimiento podemos usarlo nosotros hoy en día para lograr tener el jardín soñado.
Estos 6 consejos son antiguos y han pasado de generación en generación a base de la misma experiencia en terreno y al estudio minucioso de las siembras a lo largo de los años.
Utiliza estos consejos de los abuelos y podrás sacarle provecho a tu pedacito de tierra.
1. Sembrar varias plantas juntas
Se le conoce como asociación de cultivos. Se debe plantar varios cultivos juntos para fortalecerse entre. Así podrán captar los nutrientes, controlar las plagas y aprovechar al máximo el espacio.
Un ejemplo es tener plantas aromáticas como albahaca y cebollín ya que poseen propiedades naturales que repelen los bichos. También se puede plantar papas separadas de los tomates ya que pertenecen a la misma familia y si se siembran en lugares separados podrán evadir las pestes.
2. Aprovechar las fases de la luna
Se aplica en la agricultura biodinámica y se busca analizar el desarrollo de las plantaciones durante las diferentes fases de la luna. Se recomienda sembrar los tubérculos en la fase oscura de la luna. Si son melones y calabazas, lo ideal es que se haga en la fase más brillante. Usar las fases de la luna para cultivar ayuda a la planta a que se alinee con la atracción gravitacional natural y acelerará su crecimiento.
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4. Cuidar algunos insectos
Previo al uso de los insecticidas, los campesinos sabían los insectos que beneficiaban sus cultivos y cuáles no. Las mariquitas, crisopas, mantis religiosas y arañas ayudan a controlar de forma natural a las plagas que afectan algunos cultivos. Se debe crear el ambiente ideal para tener una diversidad de insectos. En este caso se recomienda cubrir el suelo con restos orgánicos y reducir los productos químicos.
5. El clima a tu favor
Usar las condiciones climáticas a favor ayuda a maximizar las plantaciones. Por ejemplo, si llueve, espera que se seque la tierra antes de empezar a trabajarla. Si hace mucho calor, riega tus plantas para hidratarlas pero sin excesos. Si quieres sembrar una plántula (es decir, la planta en sus primeros fase de desarrollo), debes hacerlo en un día nublado con pronóstico de lluvia.
6. ¡Viva el abono!
Es la clave para que florezcan la mayoría de los jardines. Es la forma ideal de reciclar y reusar los restos biodegradables. Sirve para nutrir el suelo de una forma mucho más sana y balanceada. Tus plantas serán más lindas, saludables y resistentes.
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