A largo plazo un castigo puede tener consecuencias negativas en los niños, por eso lo mejor s comunicarte con él y buscar una solución para que ambos se entiendan.
Hay alternativas mejores que un castigo para la época de crianza. Muchos psicólogos dicen que los gritos y azotes funcionan a corto plazo, ya que no modifican la conducta indecisa de los más pequeños y afectan a su salud emocional.
Si recuerdas cuando tus padres te gritaban o como te sentiste cuando te reprimieron físicamente sabrás como se puede sentir tu hijo o hija con la agresión física o verbal. Aquí te dejamos 5 alternativas al castigo para educar a tu hijo más pacíficamente.
5 alternativas a los castigos físicos y verbales
Castigar a tus pequeños los hace sentirse humillados y confundidos y por eso no aprenden cual es el buen comportamiento y lo más probable es que busque evitar que lo regañen y vea que la violencia resuelve los problemas.
Una publicación de Kids Health dice que los bebés y niños no establecen relación directa entre su comportamiento y el castigo físico por eso lo mejor es corregir los comportamientos inadecuados utilizando la conversación.
Pero a veces se deben tomar otras opciones acompañadas de refuerzos positivos para que el niño entienda su equivocación y cambie de actitud. La disciplina positiva es un buen método para la relación padres e hijos en base al cariño y respuesta.
No debes ser tan autoritario, pero si firme y considerar los sentimientos y necesidades de tu hijo y las propias. Aquí te dejamos una lista con alternativas:
Conversa con tu hijo y aborda el problema
Muchos padres no pueden conversar con sus hijos sin discutir. Esto ocurre cuando los niños necesitan ayuda, pero no lo expresan. Según una publicación de Healthy Children
Los padres suelen intervenir antes de tiempo sin dejar que el niño dejé claro su punto de vista. Si sabes lo que pasa con tu hijo, debes expresar curiosidad porque te lo comente para que él o ella se sienta seguro y pueda comentarte lo que le pasa. Cuando se abra contigo, podrán encontrar una solución a los problemas.
Explícale las consecuencias de sus actos
Las palabras marcan diferencias. Si le dices a tu hijo “si haces esto, voy a hacer que te arrepientas” el niño sentirá miedo, pero no respeto y esto además no le enseña lo que debe cambiar. lo mejor es conversar con tu hijo para que entienda las consecuencias de sus actos y como esto puede afectar a los demás.
Se firme y directo pero también dulce. Felicita a tu hijo cuando se porte bien y así sabrá el camino que debe seguir. Prémialo con tiempo en familia y verás los resultados.
Reconoce cuando no debes responder
Puedes ignorar un mal comportamiento y dejar que aprendan solos las consecuencias de sus actos, aunque no debes pasar por alto situaciones que pongan en peligro a tu hijo, pero si tira sus galletas, deja que se dé cuenta solo que pronto no tendrá más.
Dile que se disculpe
Las disculpas inmediatas son la mejor forma de actuar. El niño debe reflexionar sobre su comportamiento y conflicto. Deja que procese lo que hizo y como afectó los sentimientos de otro.
Cuando esté tranquilo, habla con él de lo ocurrido y dile que piense sobre aquellos a los que ha lastimado, verás que pronto se disculpa y será de forma honesta.
Aplica el tiempo fuera
El tiempo fuera o time out según una investigación de Paediatrics Child Health es eficaz si se aplica bien para evitar que el niño reciba atención que refuerce su mal comportamiento. Debes dejar al niño a solas de 1 a 5 minutos para que piense en lo que hizo.