Las niñas de la India están listas para el matrimonio cuando les llega su primera menstruación.
En la vida de un ser humanos existen 3 grandes acontecimientos: el nacimiento, la adultez y la muerte. Sin embargo, para muchos niños de todo el mundo, el paso de la infancia a las obligaciones como “adultos” se hace abruptamente. En esa etapa sólo deberían preocuparse por jugar y divertirse, pero de repente se encuentran con una vida que debería esperar hasta una edad de mayor maduración y comprensión. Se trata de los matrimonios infantiles.
India es el país que lidera la costumbre ancestral y tristemente normalizada donde se produce el 40% de todos los matrimonios infantiles en el mundo.
La ley prohibe la unión entre niñas de 10 0 12 años con hombres mayores. Sin embargo, el pueblo lo ve como parte de su cultura por lo que la siguen practicando.
Según la costumbre, las niñas nacen comprometidas en matrimonio a hombres que, por lo general, son mayores de edad. Cuando tienen su primera menstruación, son entregadas en una ceremonia de unión a sus futuros maridos.
Allí pierden su infancia y se ven obligadas a iniciar una vida adulta con todo lo que eso implica.
En las zonas rurales es donde se lleva a cabo la mayor cantidad de matrimonios de niñas que aún ni cumplen los 18 años y representan el 47% del total según la Organización Humanium.
Pero hay otros países donde también se practica. Y sorprendentemente, se incluye a Estados Unidos.
En ese país, más de 200.000 menores de 18 años contrajeron matrimonio entre 2000 y 2015. Casi todas las niñas no cumplían los 17 años y sus maridos eran mucho más mayores. Algunas incluso tenían apenas 12 años.
De los 50 estados que tiene Estados Unidos, 27 no señalan la edad que debe tener una persona para casarse, por lo tanto pueden ser niños, tal como ocurre en el estado de Florida.
Así es que dan casos como el de Sherry Johnson. La chica tenía 11 años cuando fue obligada por sus padres a casarse con el hombre que la violó.
Cuando se cree que se ha hecho todo lo posible por detener esta costumbre, las cifras indican que, de hecho, el matrimonio infantil ha aumentado. En África sucede así; la Unicef aseguró que faltarían 100 años para poder erradicar esta práctica en la región según las cifras que maneja.
Lamentablemente, y en pleno 2018, parece increíble que se hable de los derechos de los niños pero sigan ocurriendo estas prácticas. El matrimonio infantil es una máscara “cultural y religiosa” que oculta las violaciones a menores y a pederastas.
Falta más leyes que impidan que siga ocurriendo y que los representantes de los gobiernos hagan su trabajo y alcen la voz en pos de los más indefensos a quienes, se supone, deberían proteger.
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11.
12.
13.
14.
15.
16.
17.
18.
19.
¡Basta ya!