Aunque nos cueste mucho entenderlo, como adultos, los niños no saben distinguir lo que está bien de lo que está mal, por lo que nosotros los padres tenemos la tarea de explicárselo y la mayor parte del tiempo no es tan sencillo hacerlo. En numerosas ocasiones decir “no” puede ser justo y necesario, además de una buen reto, si tu hijo lo necesita. Pero un regaño positivo no está compuesto de gritos ni amenazas. Es por eso y para darte una mano en la crianza , que sabemos en carne propia que es muy difícil, te damos estos sabios consejos:
1. Debes estar calmado
Lo esencial con los hijos es tener una paciencia infinita y evitar las explosiones que conllevan a los gritos y castigos. Si llegas a ese punto, tus hijos aprenderán por medio del miedo y eso no es nada positivo.
2. El tiempo es importante
Debes regañar a tu hijo cuando suceda el hecho incorrecto (como romper un objeto valioso) y no horas después, puesto que para los niños el tiempo es infinito y puede que no se acuerden de lo que hicieron si les llamas la atención mucho más tarde.
3. No es apropiado chantajear emocionalmente
No uses tu dolor como un medio de chantaje afectivo, hazle saber tus sentimientos pero no utilices frases como “por tu culpa…”. Cuando tu hijo lleva a cabo una mala acción, como dañar un objeto preciado del hogar, debes evitar a toda costa hacerlo sentir culpable de tu tristeza o rabia (que seguro la sentirás por dicha pérdida).
4. Evita las comparaciones
En otras palabras, no lo compares y menos con frases como “deberías ser como tu hermana, que siempre estudia y se porta bien”. Las comparaciones con otros hijos o con niños conocidos sólo disminuirán el autoestima de tu hijo y lo harán sentir muchos celos e impotencia.
5. El miedo es el peor enemigo tuyo y de tus hijos
El miedo es una herramienta terrible que, si bien permite que tu hijo te obedezca, a la vez provoca que lo pierdas; es decir, cuando infundes el miedo, el niño será muy educado pero no tendrá nada de autoestima: será tímido y temeroso.
6. Jamás debes insultar
Regaña de forma constructiva, para que tu hijo obedezca por empatía y porque está creciendo y madurando. Cuando insultas, el único logro es un daño emocional muy difícil de reparar que rompe el vínculo que el niño tiene con sus seres queridos.
Desde los 3 años se puede intentar razonar con los hijos. Explícales por qué deben obedecer ciertas instrucciones y por qué no debe hacer ciertas cosas, ellos serán capaces de entenderte.
8. Descalifica la acción, no al perpetrador
No utilices frases como “¡Qué malo eres porque le pegaste a tu hermana!”. En su lugar, inténtalo con exclamaciones que se centren en las malas acciones y sus consecuencias: “No se pega. Pegar es malo porque daña a otros”.
9. No regañes si vienes de mal humor de tu trabajo y necesitas desahogarte
Cuando estamos estresados por otras situaciones difíciles, no permitas que tu mal humor magnifique un pequeño error de tu hijo y provoque un regaño de proporciones insospechadas.Los hijos no deben jamás pagar por los problemas de los adultos.
10. Sé coherente
Desde el inicio debe establecerse las normas y límites que los hijos deben seguir. Además, éstas deben ser siempre coherentes e inexorables, es decir, no puedes prohibir un día el comer caramelos por las noches y, al día siguiente, permitirlo. Se debe ser consecuente y consistente.