Este dolor se ubica en la parte baja de la espalda y también se le conoce como dolor lumbar o lumbalgia que es un tipo de dolor que puede ir desde una intensidad baja hasta llegar a ser un dolor fuerte y persistente que puede quitar toda movilidad a quien lo padece.
Si vamos a la parte fisiológica, la zona lumbar está compuesta por una estructura muy compleja, de elementos interconectados y superpuestos que si se lastiman o presentan algún tipo de problema, podrían llegar a desencadenar una lumbalgia o un dolor que se irradia desde esta área hasta otras zonas del cuerpo.
Según datos estadísticos, desde un 70% a un 85% de las personas experimentan algún tipo de dolor lumbar en algún momento de su vida; también , las personas más que presentan mayor cantidad de estos dolores son las del rango etario de 30 y los 60 años.
Síntomas del dolor en la espalda baja
Al lesionarse en la parte baja de la espalda, la persona puede sufrir diferentes síntomas que pueden variar según la seriedad del problema.
Acá les dejamos una lista de los síntomas más comunes:
Hormigueo o sensación de ardor
Sensación de dolor sordo o dolor agudo
Dolor intenso
Dolor que irradia a otras zonas, como las piernas, la cadera o la parte inferior del pie
Espasmos musculares
Aunque la lumbalgia es muy común en las personas, su gravedad puede variar mucho según la causa y el tipo de lesión que se esté sufriendo
Es común que una simple distensión muscular pueda ser tan intensa que la persona deba ir por urgencias al médico; en cambio, una deformación discal podría causar síntomas leves que no son constantes.
Causas del dolor en la espalda baja
Se piensa que la mayoría de personas tendrán que experimentar al menos un dolor de espalda en su vida. A pesar de que este dolor podría presentarse en cualquier parte de la espalda, regularmente, la zona más afectada es la región lumbar, que es la responsable de sostener una gran parte del peso del cuerpo.
El dolor puede aparecer como consecuencia de levantar algo muy pesado, desplazarse repentinamente, estar sentado por mucho tiempo, tener una mala postura o sufrir una lesión o accidente.
Pero además de lo mencionado, este síntoma está asociado a otros problemas como:
Traumatismos, lesiones o fracturas.
Degeneración de las vértebras (a menudo causada por tensión en los músculos y ligamentos que sostienen la columna vertebral o por los efectos del envejecimiento).
Infecciones del riñón o cálculos renales.
Crecimiento anormal o tumor que afecte la columna.
Obesidad (causante de presión y degeneración de los discos).
Perder el tono de los músculos de la espalda.
Esguince o torcedura.
Desgarros de los músculos o los ligamentos.
Problemas en las articulaciones como la artritis, osteoartritis, artritis psoriásica y artritis reumatoidea.
Fumar de manera excesiva.
Tener una hernia discal.
Infección de la columna vertebral (osteomielitis, disquitis, absceso).
Enfermedades que afectan los órganos reproductores femeninos, como endometriosis, quistes ováricos, cáncer ovárico o miomas uterinos.
Formas para aliviar el dolor el dolor lumbar
Si tienes dolor lumbar se deben tener en cuenta algunas recomendaciones para evitar que se convierta en algo crónico.
Si tienes este dolor, lee los siguientes consejos:
No realices actividad física en las primeras horas del dolor. Esto ayuda a calmar el dolor y contribuye a disminuir una posible inflamación. Para aliviar la zona afectada, aplicar una compresa caliente o fría, según la preferencia. Una buena opción es aplicar hielo durante las primeras 48 a 72 horas y luego usar calor.
Al momento de irse a la cama, la posición del cuerpo debe ser fetal, ya que esta ayuda a aliviar la presión de la espalda. Te recomendamos que si el dolor es muy intenso, podrías acudir a la farmacia y adquirir algún analgésico de venta libre. Sin embargo, no se recomienda tomarlos sin supervisión médica y menos exceder su consumo.
Después de haber estado en reposo, es muy importante hacer algún tipo de actividad física de bajo impacto para empezar a tratar el origen del problema.
en un comienzo se puede hacer ejercicio aeróbico, y después, incluir estiramientos y fortalecimientos, en lo posible con la ayuda de un entrenador que sepa cómo realizar cada ejercicio. Otro punto a favor y que puede ayudar son los masajes que podrían ayudar a disminuir el dolor. Te pedimos encarecidamente que consultes con un experto antes de llevar a cabo cada una de estas actividades, ya que es en extremo importante hacerlo con la ayuda de un experto, ya que una presión mal ejercida podría llegar hasta a hacer más grave la condición.
