7 Cosas Que Pasa Un Refugiado Y Que Te Harán Querer Ayudarlo Como Sea

Si logras imaginar la triste situación que debe atravesar un refugiado podrás intuir que la travesía incluye huir por tu vida de manera urgente, sin ninguna planificación de por medio, además de llegar a otro país y para empezar de cero: sin dinero, sin documentos, sin amigos, sin comida, sin vivienda. Y en el peor de los escenarios, sin tus hijos, padres y familia.

La situación ya descrita ocurre cada día durante los últimos años, pues un gran número de personas ha tenido que huir de su país de origen debido a los riesgos. Las estadísticas indican que cada dos segundos una persona se ve obligada a huir, lo que nos da un número de 44,400 personas que tienen que abandonar sus hogares.

Son, nada más y nada menos que 25.4 millones de refugiados, el equivalente a la población actual de Ciudad de México, Jalisco y Nuevo León juntas, quienes han cruzado fronteras y dejado sus países de origen atrás. Niños, niñas, hombres y mujeres huyen de la violencia y la persecución buscando un lugar seguro en el que puedan sobrevivir. Son seres humanos que pagan el precio de un mundo en conflicto. Es importante notar que no se trata de un asunto de elección, sino de sobrevivencia.

La cantidad de refugiados en el mundo ha aumentado de forma considerable desde la década de los 80, siendo los últimos años de mayor flujo.

Es por eso que en esta oportunidad hemos querido preparar una lista con razones suficientes para tenderles la mano desde donde sea que estemos.

 

1. Su vida corre peligro

A medida que aumenta el número de personas que se ven obligadas a salir, son más las necesidades que hay que cubrir. Abandonar su país ha sido la única salida para protegerse de las terribles e indignantes condiciones de vida; familias completas se ven forzadas a escapar para salvaguardarse. Conseguir alimento y medicina se vuelve todo un desafío y es prácticamente imposible.

 

 

2. Pandillas, amenazas y violencia

La población en general es extorsionada diariamente, una práctica ilegal que se vive día a día. Si se niegan a cumplir las exigencias de los extorsionadores, reciben amenazas de muerte, siendo devastador el final en algunos casos. Miles de familias viven envueltas en un ambiente de violencia, crímenes, amenazas y homicidios a toda hora y en todo lugar.

 

 

3. Reclutamiento forzoso de niños y jóvenes por parte de las pandillas

Las familias se ven obligadas a separarse de sus hijos adolescentes, porque no hay otra salida más que forzarlos a salir de su país a pesar de todos los peligros que eso implica, ya que nada garantiza su sobrevivencia. De esa forma evitan que sean “reclutados” por pandillas. Si los seleccionan, no hay manera de que puedan escapar; el resto de la familia que se queda, corre un alto riesgo de ser objeto de venganzas, violencia sexual, explotación y detención.

Para evitar dicho reclutamiento, muchos niños y adolescentes llegan absolutamente solos a países desconocidos, sin familia, sin amigos, sin nadie; lo único que llevan es la incertidumbre de lo que pueda pasar en su vida a partir de ese minuto.

 

4. Rechazo a grupos vulnerables

Las minorías como LGBTI, afrodescendientes, mujeres e indígenas, a diario sufren de discriminación, persecución y violencia física o verbal. Esto provoca que busquen asilo en otra tierra ya que reciben amenazas de muerte. Es por eso que un gran número de personas sigue sufriendo en silencio. Dada la gravedad de las amenazas que reciben y que atentan directamente contra su vida, la única forma de sobrevivir es huir precipitadamente sin tener la oportunidad de elegir su camino.

 

 

5. La guerra

Un ejemplo de ellos es la eterna guerra en Siria: 7 años de guerra y los ataques continúan. Más de la mitad de la población siria se ha visto obligada a abandonar sus hogares para buscar un lugar seguro. Más de 2 millones de sirios han muerto o resultado heridos y cerca de 24,000 fallecidos eran niños. Algunos testimonios indican:

“Si tenías suerte, te daba tiempo de hacer una maleta. Si no, sencillamente lo dejabas todo y echabas a correr”.

La cruda verdad es que si existe una guerra en cualquier parte del mundo, habrá crisis de refugiados. Y pueden pasar años hasta que los refugiados puedan regresar a sus hogares finalmente.

 

6. Los niños

Si no huyen de su país, aún siendo niños son testigos de violencia, guerra y muertes. Además, viven el exilio en carne propia y corren el riesgo de ser víctimas de abusos, abandono, violencia, explotación o tráfico de menores. Están expuestos a situaciones que ningún niño y ningún ser humano merecen vivir.Ellos representan más de la mitad de los refugiados del mundo. Inevitablemente crecerán lejos de casa, incluso separados de mamá, de papá y de sus hermanos.

 

7. No son reconocidos por ningún país

Estas personas son llamadas apátridas porque no son reconocidas como ciudadanos por ningún país, por lo tanto no tienen acceso a la protección legal o internacional, ni a los derechos básicos como atención médica, educación y vivienda. Lo que da como resultado que al no poder ver sus derechos humanos garantizados, se ven obligados a enfrentar una vida llena de pesares, pues prácticamente no existen.

Sin duda es una injusticia que debe ser eliminada de una vez por todas, ya que todo ser humano debe tener sus derechos básicos garantizados.

 

 

Si de verdad quieres apoyar a los refugiados, te invitamos a unirte a la labor del ACNUR, la agencia de la ONU que protege a quienes se ven obligados a dejar su país. Esta agencia recibe donaciones para los niños, madres, padres y familias obligadas a huir y tu aporte es el primer paso para una vida mejor para ellos.

Habiendo leído todos los puntos y la horrible vida que los refugiados han tenido que pasar, por haber quedado sin otra opción que huir de su tierra y dejarlo todo.

Tristemente, los niños crecen con la idea de que en la vida hay sólo entornos hostiles y de violencia y ven normal vivir así a diario. Ellos no conocen a su país en paz, pero con nuestro aporte podemos enseñarle que sí hay lugares donde la gente es buena y podrán empezar una vida mejor. De esa forma podrán crecer a salvo, superar el pasado y tener un lugar mejor para forjar un futuro mejor.

Sólo debes animarte , ya que en tus manos está el ser parte del proyecto del ACNUR y hacer una diferencia en el futuro de quienes hoy tienen los sueños rotos. No esperes más y has la diferencia.